Con el
objetivo de llegar a diferentes puntos del país, la Secretaría de Desarrollo
Rural y Agricultura Familiar de la Nación propició la construcción de una
instalación móvil de faena para ser utilizada por los agricultores familiares. Esta
instalación cumple las normas higiénico sanitarias establecidas por el Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
El director nacional de Inocuidad y Calidad
Agroalimentaria del SENASA, Ernesto Ferrarese, señaló que “la creación de esta
nueva categoría de frigoríficos asegura mejores condiciones higiénico- sanitarias
y responde a las demandas de algunas regiones que, por lejanía a los centros de
distribución, no tenían acceso a la proteína animal en forma fluida y a un
costo accesible”.
La instalación de los mataderos en cada provincia,
permitirá cubrir la demanda de hasta cinco municipios y organizaciones de
productores mediante el trabajo de tres operarios y un veterinario que faenen
de 30 a 50 cabras y cerdos por cada turno de 8 horas, por ejemplo.
La iniciativa, se concretó con el asesoramiento del
SENASA que mediante la habilitación y el control de las normativas asegura
condiciones sanitarias efectivas, reduce las prácticas clandestinas y asiste a
los productores que no cuentan con servicios frigoríficos cercanos. Además,
“será un estímulo para el desarrollo de las capacidades a nivel municipal, la
asociación y organización de los pequeños productores y a la vez, al evitar el
traslado, se disminuye el estrés del animal, lo que repercute en la obtención
de un producto de mejor calidad”, señaló Ferrarese.
En tanto que el director nacional de Desarrollo
Territorial Rural, Sebastián Alconada, indicó que se trata de un modelo de
mataderos implementado con éxito en los Estados Unidos y parte de Europa y que
actualmente se reproduce en América Latina.
“Con menos de la mitad del valor de inversión que
significa la instalación de un matadero fijo, esta propuesta puede generar el
mismo impacto pero con la ventaja de acercarlo mucho más la productor”, dijo
Alconada. Por esa razón, además de la sala que ya está en funcionamiento y que
fue inaugurada recientemente en Villaguay –Entre Ríos–, se aprobó la
construcción de otras cuatro para cubrir la demanda que hoy existe en el resto
del país.
Beneficios extendidos
Detrás de esta iniciativa, hay una serie de
ventajas que permiten agregar valor en origen a la producción y generar
productos frescos, inocuos y de calidad a precios razonables para introducir en
los canales de comercialización o bien para abastecer a los mercados locales.
En este sentido, Alconada explicó que “además de la
sala de faena, proponemos módulos de carnicería y fábrica de chacinados para
que el productor pueda integrarse en la cadena y llegar directamente al
consumidor”, y agregó que “esto produce un impacto directo en la economía del
productor y del consumidor. Así, se genera, indirectamente, una recirculación
de la renta a nivel local”.
Para lograrlo, el módulo cuenta con una cámara de
frío para que los productores puedan acopiar e identificar cada ejemplar con su
sello característico para poder después comercializarlos de manera conjunta
o individualmente con la garantía de contar con productos aptos para la venta y
consumo.
A su vez, al acceder a este servicio “se vincula
automáticamente a los productores con el Registro Nacional de Agricultura
Familiar y con el monotributo social agropecuario para que puedan comercializar
su producción y emitir factura por ello”, expresó Alconada.
Por otra parte, las salas de faena móvil se
denominan de “punto fijo” porque es necesario que en cada lugar en donde se
instalen temporalmente, los municipios asuman el compromiso de tratar los
efluentes que derivan del proceso.
Los módulos están divididos en tres áreas: zona
sucia, intermedia y limpia, y en cada uno de ellos se debe garantizar que no
haya contaminación bacteriana. Si bien se trata de aprovechar todos los
desechos, los efluentes que no se utilizan se reservan en tanques con capacidad
para tres mil litros pero se calcula que en función de la cantidad de
animales que ingresan en cada turno, no superan los dos mil litros.
En esta línea, el SENASA estableció los
procedimientos de limpieza y desinfección que deberán cumplir los municipios
para la faena de ganado de distintas especies. “Todo el equipamiento y la
infraestructura tiene que ser de un material lavable y los sectores deben estar
separados en función de cada tarea para evitar la contaminación cruzada”,
aseguró Ferrarese.